" Soy un salvaje, es verdad, pero conozco a la perfección a los pajarillos mas diminutos y a los mas remotos árboles. El bosque me susurra frases familiares y las flores de la montaña abren para mi sus corolas. Y yo, de esta forma soy inmensamente rico. En cambio tú cortesano sonriente, vestido de seda. Habla, declara; ¿Que bienes posees tu, comparables a los míos?"
domingo, 13 de agosto de 2017
Attila, el guarro turco ( viaje a Turquía ) II
El area que estuvimos cazando tiene como ciudad mas cercana Canakkale, una pequeña ciudad de unos 85.000 habitantes que tiene la peculiaridad de que es la única ciudad turca junto al gran Estambul, que tiene terrenos en el continente europeo y en el asiático. Está muy muy cerca de Troya, conocida por la leyenda del caballo.
La abundancia de cochinos era impresionante, pues en todas y cada una de las batidas nos entraron bien piaras, bien cochinos sueltos, pero siempre hubo caza. Esto considerando lo difícil que es meterlos siendo solo 8 puestos y 8-10 batidores. Estoy seguro que se salieron muchos pero muchos cochinos de las batidas sin verse por nadie. Bien rompiendo hacia atrás, bien saliendo por las puntas.
Los cazadores turcos siempre fueron compañeros agradables y simpáticos, además de auténticos conocedores profesionales de su tarea.
Como mencioné en el capítulo anterior no era fácil colocarle los tiros a los marranos. Pues entre la hoja que tenían los robles y los troncos de los pinos, robles y hayas con bosques densísimos, la visibilidad era pequeña y los cochinos en su mayor parte entran corriendo que se las pelan. Alguno venía zorreado, pero la mayoría aguantaba bastante a los batidores y venía en tren.
Cabe mencionar la calidad de estos hombres como rastreadores. Varios cochinos se fueron pinchados con es lógico por lo mencionado anteriormente, amén del tamaño y resistencia de estas bestias y todos sin excepción fueron cobrados por los amigos trucos.
Debo hablar también de un tal Chinna, el jefe de todos ellos. Un viejo enigmático verdaderamente que era un sabio de estas montañas. Siendo el total responsable de las manchas que fueran a cazarse. Y de como montar los puestos y de la forma de entrar los hombres a batir. El capitán vamos. En la foto siguiente posa Paola con dicho personaje.
También la de nuestro chef como a el gustaba titularse, llamado Memet. El del centro en la foto anterior en que estos fantásticos compañeros le encendieron a la Paolilla una lumbre. Dado lo duro de la postura que me tocó en suerte en esa mano, ella se quedó abajo con Memet a esperarnos haciendo la comida de campaña.
Como puede verse en las fotos que adjunto, los paisajes otoñales son de ensueño en estos infinitos bosques de roble y haya en su mayoría, con algunos manchones de pino también. Muy parecido en realidad a la España de clima mas Atlántico, ( Galicia, Asturias o Cantabria ).
Hay que estar muy atento cuando te entran grandes piaras pues estos cochinos al contrario que suele suceder con los nuestros van en un batiburrillo de hembras, pequeños y verracos, todos juntos. Se trata en pocos segundos y guardando bastante la calma de seleccionar el macho y procurar no equivocarse, entre la pelota de bichos que te entran a toda leche. Mas fácil decirlo que hacerlo si. Otras veces también los grandes machos van solitarios o con uno cochinote de mediano tamaño.
De los 6 días que estuvimos pateándonos seriamente aquellas preciosas montañas y cazucheando en ellas, dos de ellos fuero verdaderamente jodidos en cuanto a aguanieve, lluvia y viento. Días estos en los que tiramos y vimos bastantes menos cochinos que en los 4 restantes en que hizo un tiempo magnífico. Esto es totalmente lógico sobre todo por el viento tremendo, que siempre es enemigo de la caza y no digamos de las batidas de marranos.
Dentro del precio cerrado de la cacería estaba incluido todo macho que pudiéramos cobrar, no así las hembras de mas de 50 kilos que nos las cobraban como penalización. Una medida verdaderamente acertada desde el punto de vista de la gestión. Son estas las que crían y guían las grandes piaras.
Se puede ir a cazar de rececho y aguardo también. En la primavera y el verano. Siendo algo mas caro al pagar por guarro muerto, pero mas selectivo y seguro en cuanto a que solo tiras grandes cochinos. Con seguridad, iré en algún momento a practicarlo, pues me encantaron estos montes.
Además como puede verse en las fotos los machos son de órdago. En las 24 batidas que hicimos conseguimos matar 26 machos con buena boca, siendo unos 12 cochinos machos impresionantes de mas de 22 centímetros de navajas y el resto buenos navajeros de 18 o 20.
El alojamiento por la noche un hotel de bastante buena calidad que está a escasa media hora de las batidas mas cercanas, en medio de estas tremendas montañas. La comida para mi gusto regular, no por la calidad sino que no soy muy amante de los sabores turcos, que le vamos ha hacer.
Algunas de las fotos son de poca calidad dado que la ultima batida se nos hacía de noche en el monte y teníamos ya poca luz en las fotos con los cochinos abatidos.
Personalmente cobré 3 cochinacos buenos, uno de ellos excepcional de tamaño y por lo extraño. Ya que tenía 24,5 cm en la navaja normal, unas amoladeras impresionantes y un defecto en la otra navaja que lo hacen un trofeo con mucha personalidad y verdaderamente difícil de conseguir.
Seguramente se trata de una especie de tumor mandibular que tuvo este marrano de joven y al que consiguió sobrevivir, con seguridad con unos dolores tremendos, pero que formaron esta navaja totalmente anormal. Además de otros dos buenos cochinacos. No tiré cochinos pequeños o medianetes, aunque tuve muchas ocasiones, pero me había propuesto no hacerlo.
( Continúa )...
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