domingo, 23 de julio de 2017

El Barrio chino porteño


Como comentaba en una entrada anterior el barrio chino de Buenos Aires es un lugar impresionante para salir con la cámara. Por mas veces que voy siempre puedo encontrar distintos enfoques todos maravillosos. Incluso del mismo objeto o motivo.

Por descontado si voy a fotografiar gente mucho más. Pero incluso los mismos edificios, tiendecitas o comercios de comidas presentan miles de aristas. Muchos colores y muy cambiantes según la luz del día en cuestión. Las fotos de esta entrada las hago aprovechando que vamos la Palolita y yo, de compras.

Y es que el barrio es también un magnífico lugar para acercarse a comprar. Puedes encontrar todo tipo de condimentos, especias y productos de importación. Tanto orientales como europeos. Y productos además que solo allí puedes encontrar.

Horita y media pasamos esta mañana recorriendolo, de tienda en tienda. Y cámara en mano pude sacar parte del impresionante colorido que rodea todo. A pesar de ser un día verdaderamente gris y con poca luz. Pero un buen fotógrafo es el que aun con poca o mala luz, es capaz de llevarse cuatro fotos dignas. Además no es la perfección técnica del color lo que busco la verdad. Busco lo peculiar, congelar un momento especial o mostrar cual distinto es este mundo de estos "chinos argentos".





Empezamos el recorrido a las 11:25 de la mañana y las calles están prácticamente vacías, aquí todo se mueve tarde los domingos. La gente se echa tarde a la calle y aquí, parece que igual que en el resto de la ciudad, no hace falta madrugar.


La fachada del restaurante El pobre Luis, parece la de un restaurante chino por su rojo chillón. No sé porque les gusta tanto el rojo a los chinos. Creo que tanto como a los negros si no más. Pero no. Es   un excelente restaurante de carnes a la parrilla propiedad de un uruguayo, pero al mas puro estilo argentino. No en vano la cultura de ambos países y sobre todo la gastronómica, no difiere demasiado.


Esta vez si es un "restaurante" chino. Los puestos a la calle que hacen todo tipo de comidas orientales para comer de pie, abundan por todo el barrio.


Sus cocinas no son precisamente higiénicas. Ni los cocineros ni los que te atienden, son chinos precisamente. Para este tipo de negocios ya han contratado inmigrantes peruanos, colombianos o bolivianos y también argentinos de las provincias de interior. Solamente un chino permanece controlando en el local.




En los pequeños bazarillos o supermercados pasa un poco lo mismo. Están atendidos en su mayoría por inmigrantes. Siendo un único chino el que allí se encuentra para controlar el asunto. Los supermercados y bazares mas grandes, si están atendidos por chinos. Estando en ellos los inmigrantes como mano de obra de los trabajos mas sucios y ellos como vendedores. Aun no sabiendo hablar mas que chino algunos de ellos, pero se hacen entender.



El colorido del barrio llama poderosamente la atención. Así como la relativa limpieza de sus calles. Sobre todo si lo comparamos con el resto de calles parecidas de la zona baja de Belgrano y de otros barrios periféricos de esta ciudad.




Al final del barrio chino, está la estación de tren de Belgrano C. Una céntrica estación de cercanías completamente destartalada que comparada con las nuestras, las de España, parece que un huracán ha pasado por ella unos días antes.



Todos los comercios y restaurantes chinos tienen un estilo muy peculiar. Tienen aire oriental si, pero son distintos a lo acostumbrado en los que encontramos en España. Supongo que la influencia argentina sobre ellos les da ese toque muy particular.



Al final del barrio chino encontramos el Carrefour de Monroe. Peculiar tienda en un peculiar sitio sin duda.




Y una vez fuera del dominio de los chinos, las calles empiezan a parecerse al resto de los barrios periféricos del centro de Buenos Aires.


Después de haber comprado un par de bolsas llenas de especias, frutas y demás productos exóticos es la 1:00 y nos vamos para casa a hacernos un púlpito a la brasa y unos fideos chinos con langostinos.

El Barrio chino es un lugar fantástico para encontrar mariscos pescados y moluscos. Siempre que se compren congelados claro, de lo fresco no me fío. En la mayor parte de la ciudad directamente no pueden encontrarse. Ni frescos ni congelados.



Lo dicho, para casita y justo cuando comienza a llover...




En alguna otra entrada mostraré otras peculiaridades que pueden encontrarse en este barrio chino. Somos aficionados a recorrerlo de vez en cuando y  hacer algunas compras como decía, así que tiempo habrá...



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