lunes, 10 de julio de 2017

TANDIL


He tenido tiempo a pesar del tedioso trabajo que me absorbe totalmente, de coger cuatro días e irme con la Paolilla a conocer la sierra de Tandil y la pequeña pero bonita ciudad del mismo nombre.


Hemos alquilado una pequeña cabaña en un lugar precioso a las afueras de la población, rodeada de sierras y lagos. Este país es impresionante en cuanto a su naturaleza privilegiada. Hemos pasado en el camino numerosas lagunas y lagos completamente infectados de todo tipo de acuáticas. Azulones, tarros, cercetas, gansos etc.. forman nubes tremendas, además de miles y miles de becacinas, palomas, tórtolas y perdices. es un paraíso de la caza menor Argentina y sin duda lo aprovecharemos.


He podido aprovechar como no, para sacar fotos de todo tipo en la excursión. Todas con la pequeña pero efectiva Leica D-lux, pues era necesario ir ligeros de equipaje, para llevar la Nikon. No obstante la Leica cumple, vaya si cumple. Desde pájaros y paisajes, hasta alguna de nuestras barbacoas o parrillas como dicen los argentinos y es que estas pequeñas cosas llenan el alma cuando uno lleva mucho trabajo a cuestas y poco descanso. También bonitas fotografías del centro de la ciudad de Tandil, pero eso ya será cuestión de próxima entrada.


Estos curiosos pájaros casi iguales a nuestras avefrías pero con algunos colores mas llamativos y algo mas de tamaño, eran numerosísimos, además de muy curiosos y activos al alba y atardecer.


También otros preciosos que lo siento, pero no he tenido tiempo de buscar su nombre y que se asemejan a pequeños faisancitos de colores preciosos y plumas doradas.





Otros que pude fotografiar en vuelo. Del género de las rapaces, como pequeños búteos ratoneros o cernícalos.


En vuelo pude sacar también alguna paloma, son abundantes en toda Argentina y junto con las tórtolas forman autenticas plagas que dañan los cultivos, ya se sabe las tiradas que se organizan por aquí a estos pájaros que en estos lares no son migratorios o bueno si lo son pero dentro del país.


Tandil al contrario que el resto de la provincia de Buenos Aires es quebrado, no es que tenga grandes alturas pero está rodeado de pequeñas serretas que le dan un aspecto muy peculiar en medio de esta inmensa llanura llena de humedales y lagos que es preludio de la grandísima Pampa húmeda.


Tuve tiempo también de darle al cuchillo y perfeccionar un poco la técnica afilando y vaciando, hasta intentar, de momento lo intento, sacar alguna herramienta curiosa. Cucharas, cuchillos de palo o alguna pala para servir la mesa. Con los tenedores por ahora, todos los intentos han sido en vano. De momento no me salen muy bien, pero me entretengo y doy uso a los cuchillos y navajas que tanto me gustan.


Mientras la Paolilla y el sinvergüenza este del Pichi, se entretuvieron en columpiarse en unas hamacas de árbol que había en la cabaña.


En la finca donde estábamos había un lago precioso lleno de acuáticas donde además se podía remar en unas canoas tipo indio muy graciosas.


Curiosa también era esta chimenea antiquísima que estaba junto a nuestra cabaña y que nos explicaron que se trataba de la chimenea de una antigua fábrica de jabones naturales que había situada hace casi 100 años en el mismo emplazamiento que hoy es alojamiento rural.


Pude probar foto macro, con la pequeña Leica y con una abeja que estaba de cantueso en cantueso y la verdad los resultados son fantásticos con el objetivo a 24 mm y 60 centímetros de distancia.





En la próxima entrada, será hora de describir la pequeña ciudad de Tandil, su tradición cuchillera, Por supuesto me compré unos cuchillos. Sus fantásticas tiendas con sabor antiguo de embutidos y quesos y su centro histórico, reflejo claro de unos tiempos mejores en Argentina.

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